domingo, 22 de julio de 2007

UN DÍA NO DESPERTO.


Un día despertó, sin saber a donde ir. Al rato siguiente se durmió sin saber donde caer. A la mañana siguiente sonrió y al rato se amargo. Un día camino después se sentó.


Una noche miro hacía atrás y no se encontró. A la noche siguiente se volvió a concentrar y no se halló. A la mañana siguiente abrió los ojos sin saber por que llorar, al rato se durmió sin saber con quién fantasear. Una semana más tarde se levanto sin saber donde caer, al oscurecer volvió a sufrir.

Una semana después abrió los ojos y la humedad en ellos ya no estaba. Y al mirar lo que sucedía nunca supo por que se había mojado, nunca supo por que sonría ni por que lloraba. Lo único que supo que debía abrir los ojos y avanzar y así la lluvia nunca más la volvería a mojar.